Capítulo 02.
Amaba estas fechas porque adoraba las luces destellantes que le daban un toque especial al ambiente.
Amaba ver a las personas cantando en las calles alegrando el día de los demás.
Le encantaba la nieve, era lo más hermoso que podía ver, adoraba sentir el frío calar su piel, amaba ver los pequeños copos caer.
Alzó su rostro para apreciarla en primera plana, se desplazaban con tanta gracia que rociaban su piel con pequeñas pringas frías.
Su buen humor mejoraba cuando escuchaba las campanillas que daban las perfectas melodías de las canciones navideñas.
Se sentía tan feliz por el buen ambiente y la felicidad emanada por estas épocas, le encantaba ver a las personas ir por las calles y compartir con sus familias, correteando emocionados por ir a poner guirnaldas y muérdagos en sus hogares.
Jimin, amaba la Navidad.
Ajustó sus cortos cabellos bajo el gorro especial que lo cubría del frío, caminó por el sendero que daba a su cafetería favorita para ir por un buen chocolate caliente.
Era como mágico, las luces por todos lados le daban un toque especial al ambiente junto a la nieve acumulada sobre cada local.
La campanilla del lugar anunció su llegada, sonrió amable —Hola, buenos días, podrías darme dos chocolates calientes para llevar y unos emparedados, por favor.
La chica preparó su pedido, al tenerlo pagó y salió feliz a su negocio.
Al llegar la secretaria le saludó —Señor Park, buen día.
—Hola Lia, por favor no me llames señor, me haces sentir mayor.
—Lo siento señor —Jimin levantó la ceja y la pobre omega se ruborizó.
Jimin, un alfa de 23 años recién egresado de la universidad con su nueva titulación luego de seguir sus sueños y volverse un buen organizador de eventos.
No fue muy bien visto, ya que para todos un buen alfa siempre debe aspirar a carreras competentes para alguien de su casta.
Inició una titulación de abogacía impuesta por sus padres, pero le fue imposible cumplir con lo que le requirieron a medio semestre, se armó de valor, fue con ellos diciendo que ahí estaba el sueño de ellos y que era hora de ir por el suyo.
Ambos consternados, pero admirados del valor de su hijo, aceptaron su decisión, aunque no estaban del todo de acuerdo. Su padre tenía uno de los mejores bufetes de abogados y esperaba que Jimin continuara con su legado.
También existían otras cosas por las cuales se alejaron del pelirosa, pero el alfa intentaba no verse afectado por nada.
No fue para nada fácil empezar de cero sin apoyo alguno; sin embargo, fue inteligente ahorrando algo del dinero que su padre depositaba para los gastos de su antigua y regalos que ambos le daban para que saliera a fiestas a divertirse.
Así fue como inició y logró culminar con mucho esfuerzo su sueño, fueron días pesados y duros porque en ocasiones no le quedaba para comer, pero se hizo de un buen amigo y ambos se apoyaron en todo el trayecto.
Luego de hablar con su mejor amigo, ambos decidieron abrir su pequeña empresa que iba tomando un buen lugar, ya que últimamente y gracias a su perfecto trabajo era solicitado para sitios importantes para organizar eventos en empresas de gran prestigio.
Amaba su sitio de trabajo, caminó quitándose el enorme abrigo, colgándolo en un perchero que estaba afuera de la oficina que compartía con su gran amigo, Taehyung.
Era un alfa que conoció en la universidad y congeniaron tan bien que se dispusieron a cumplir sus sueños y abrir un pequeño local para empezar a trabajar, con el tiempo fueron ampliando y contratando más personal.
Por estas fechas todo era una absoluta locura con todos corriendo por todos lados, él estaba agradecido con tantas propuestas y llamadas de empresas relevantes.
Fue directo a su propio escritorio para poder empezar.
Prendió su portátil e inició con la organización de la agenda.
Unos instantes después la puerta se abrió dejando ver a su gran y mejor amigo supercubierto con un enorme suéter, gorra, guantes, bufanda y unas botas abrigadoras, apenas y podía ver su rostro, lo único que resaltaba del pobre alfa era su nariz roja y algunos mechones de su castaño cabello.
—Jimin...
—Hola Taehyung, buenos días —sorbió su chocolate, gozando lo caliente pasar por su garganta.
El castaño sonrió —Está helando afuera.
—No exageres, es una pequeña ventisca —le tendió su humeante vaso.
—Gracias, te juro que sentía que mis órganos internos estaban congelándose.
Cuando se hubo despojado de toda ropa afelpada se sentó en su propio escritorio.
Ambos alfas dispusieron en abrir una pequeña compañía que constaba de organización de eventos corporativos, reuniones ejecutivas, algunos festivales, fiestas, convenciones, bodas, decoraciones y ambientación de interiores.
Eran buenos en lo que hacían, en realidad muy buenos y de un tiempo para acá las cosas fueron creciendo tanto que las importantes compañías los llamaban para que ellos se encargaran de la organización de los grandes eventos, se caracterizaban por el toque elegante y meticuloso que hacían en cada encomienda.
Muchos se sorprendían al ver que un par de alfas eran los que estaban detrás de todo esto, un trabajo con tanta gracia y delicadeza siempre se le atribuía a un omega.
—La boda de la familia Im será la próxima semana —el rubio recordó viendo su portátil.
—Hablaré con los del hotel de nuevo para asegurar el lugar, ya hablé con los cocineros y los futuros esposos dejaron en claro todo lo que requerían, los floristas estarán llegando a eso de 6:00 am, creo que enviaremos a alguien más en lo que tú te encargas del salón y yo del jardín ¿te parece bien?
—Perfecto.
El pelirosa anotó algunas cosas más —La compañía de los Cho necesita un baile de invierno para el día viernes, ayer por la noche recibí un correo donde detallan todo lo que esperan.
—Bien, ¿interfiere con alguna de las fechas?
—Sí, pero ellos solo necesitan el montaje y mueblería, ya tengo a quien se encargará de la música y el evento será dirigido por la propia empresa, prácticamente está todo listo —sonrió.
—Bien, ¿qué harás para Navidad? —preguntó el castaño sacando unas galletas caseras de un recipiente, le ofreció a su amigo sabiendo que le encantaban.
—Tenía pensado ir con mis padres, pero aún no lo sé —mintió un poco, era claro que ellos no estaban listos para verlo aún después de la plática que hubo hace algunas Navidades atrás—. Creo que este año planean ir a un crucero o algo así —hizo un gesto restándole importancia.
—Si quieres puedes venir con Hoseok y conmigo a pasar las fiestas, nuestra mesa es tu mesa, amigo, lo sabes.
—Gracias Taehyung, eres muy considerado, yo te avisaré.
Hoseok era el omega de Taehyung, Jimin lo amaba porque tenía una personalidad chispeante, pero era como un calmante para su loco amigo alfa.
Luego de pasar toda la mañana sentados, organizando, haciendo planes y confirmando peticiones de clientes, llegó el medio día, cansados, salieron a comer.
Para ellos era impresionante ver la cantidad de personal que debieron contratar luego de un tiempo, costureros, diseñadores, ensambladores, conductores, se encontraban en planes de tener a sus propios floristas, así tener un mejor control de todo.
Y claro que al ser un lugar de organización de eventos donde había puros decoradores, su estancia de trabajo no podía estar simple, así que ya habían dispuesto que ese día intentarían terminar todas las labores antes del medio día y después del almuerzo se dedicarían a decorar su pequeña empresa con adornos navideños que a la vez servían de promoción.
A Jimin le encantaba crear un ambiente laboral sano y donde todos se sintieran en confianza y como una gran familia, hacía sentir a todos importantes, desde los encargados de limpieza hasta los pasteleros, cocineros y demás.
Taehyung se encargó de poner un poco de música para dar ambiente, a cada uno le fue designada una labor y todos la cumplieron con enormes sonrisas en sus rostros.
Pasado el horario de trabajo todos se marcharon a sus hogares, Jimin se encargó de cerrar y se encaminó a casa.
Sus pensamientos vagaron en todo el trayecto, una punzada de tristeza lo invadió viendo a muchas familias ir y venir, las parejas sonrientes y tomadas de las manos le hicieron sentir un poco de envidia.
Algo nostálgico llegó a casa, se quitó toda la ropa, poniéndose algo afelpado y con calcetines adornados con muñecos de nieve, fue a la cocina a preparar un poco de té para calentar su cuerpo, sacó su Tablet y empezó a organizar las tareas de mañana para la fiesta de los Cho.
Odiaba estar solo, pero no perdía la esperanza que un día encontraría a alguien a quien amar y que lo amaran justo como él era.
Aún esperaba ilusionado a un alfa, un alfa perfecto para él.
✧✦✧
Los días pasaron y la fiesta de la empresa de los Cho llegó, el equipo recorría el lugar afinando todos los detalles, el dueño de la empresa se acercó a Jimin con una enorme sonrisa estampada en el rostro.
—¿Park?
—Señor Cho, es un gusto.
—Gracias, para nosotros es un gusto igual —se giró llamando a alguien, una omega se acercaba algo tímida—. Te quiero presentar a mi pequeño orgullo, mi pequeña Haeun, es una omega muy hermosa, ¿no crees?
El alfa sonrió —Claro que lo es, es un gusto Haeun —dirigió su vista al dueño de la empresa—. ¿Está satisfecho con todo?
—Claro que sí, me gustaría invitarte a que nos acompañes, mi hija estaría muy feliz por eso, ¿no es así, amor? —preguntó a la joven omega, ella con el rostro gacho dio un asentimiento de cabeza.
—Es muy amable, pero no creo poder, tenemos mucho que organizar estos días —sonrió amable sabiendo por donde quería ir el alfa.
—Es una lástima, bueno, si no se puede hoy te otorgo el permiso de invitarla un día a tomar café, ¿qué dices?
—Lo tomaré en cuenta, señor.
—Eso espero —extendió su mano para despedirse.
Caminó aprisa queriendo salir rápidamente del lugar, en la salida se topó con un omega que entraba distraído hablando por celular —Lo siento, perdona, no te vi —se disculpó de inmediato con Jimin.
—Está bien, no hay problema —el omega alzó la vista abriendo la boca muy sorprendido, notando la decoración del sitio.
—¡Por el universo! Esto es hermoso —exclamó maravillado.
Jimin sonrió con un leve rubor en sus mejillas, orgulloso de sí mismo —Gracias...
—¿Tú hiciste esto? —señaló el sitio con un ademán girando sobre sí mismo.
—Sí —respondió feliz y satisfecho por la admiración del omega.
—Es impresionante, ¿tienes alguna tarjeta de información?
—Claro que sí —buscó inmediatamente una en su saco.
Leyó el contenido —Bien Jimin, es un placer, soy Seokjin, no dudes que pronto estaré llamándote para solicitar tus servicios.
El alfa agradeció, se despidieron porque el señor Cho llegaba al encuentro del omega, muy emocionado por la fragancia que ha solicitado para su adorada y amada hija.
Salió del lugar luego de asegurarse de dejar todo perfectamente listo, se dirigió directamente a su casa para poder descansar un poco.
Se preparó una rica pasta con especias y un poco de jugo natural, al terminar de comer se dirigió a la sala topándose con la caja de adornos navideños, suspiró levantándola para ponerla sobre la mesa y luego limpiar las cosas.
Aún no empezaba a poner las decoraciones en casa, llegaba agotado y en el poco tiempo libre que lograba tener lo empeñaba en ultimar detalles y adelantar pedidos o encargos.
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